Un total de 21 personas han sido detenidas en un macro operativo conjunto de las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado y Vigilancia Aduanera de la Agencia Tributaria en La Rioja, que ha permitido el desmantelamiento de una organización criminal y el decomiso de 1,1 kilo de cocaína, lo que ha impedido la salida a la calle de unas 12.200 dosis, valoradas en 273.500 euros.
Esta organización criminal contaba con una amplia red de personas de varias nacionalidades, inmuebles, trasteros y garajes para el almacenaje, adulteración y distribución de la droga, con extremas medidas de seguridad, ha detallado este martes, en una nota, la Delegación del Gobierno en La Rioja.
Esta operación, denominada ‘Lirio-Montufar-Birra’, se desarrolló el pasado 10 de julio, con la participación de más de medio centenar de agentes pertenecientes a diferentes unidades especializadas de los tres cuerpos, quienes efectuaron 13 entradas y registros simultáneos en los municipios riojanos de Logroño, Villamediana de Iregua y Lardero.
De los 21 detenidos, entre los que se encuentran los tres líderes clave de este entramado criminal, 18 son hombres y 3 son mujeres, sus edades oscilan entre los 27 y 65 años y se les considera presuntos autores de los delitos contra la salud pública, tráfico de drogas y pertenencia a una organización criminal.
En los registros se intervinieron más de 1.127 gramos de cocaína de alta pureza, precursores para la adulteración de la sustancia, dos mezcladores de droga, más de 15.000 euros en efectivo, 24 teléfonos móviles, dos turismos, dos armas simuladas y defensas de uso policial, entre otros.
La Delegación del Gobierno ha detallado que la investigación, que se inició en noviembre de 2023, ha sido compleja por la amplia infraestructura de la organización criminal, el alto número de sus integrantes y las extremas medidas de seguridad que empleaban para dificultar las labores de investigación y no ser detectados.
Los domicilios particulares, garajes y trasteros utilizados por este grupo se destinaban a actividades ilícitas de almacenamiento, manipulación, adulteración y distribución de cocaína, bajo extremas medidas de seguridad.
También contaba con una red de clientes fija, que incluía a pequeños traficantes de sustancias y consumidores finales.
Este entramado criminal contaba con una estructura organizada y jerarquizada y en la cúspide estaban tres personas con el potencial económico necesario para realizar importaciones periódicas de cocaína, coordinar y planificar su entrada en España, gestionar su almacenamiento y posterior distribución por La Rioja.
En un segundo nivel estaban los distribuidores intermedios y en el tercero, los cómplices y colaboradores de la organización.